Oraciones para el camino

Un año más la Iglesia de Navarra te invita a participar en las Javieradas o Marchas a Javier. Puede que no sea tu primera Javierada, o puede que sí, sea como fuere e independientemente de tus motivaciones (las tengas claras o no) queremos hacerte una pregunta: ¿qué buscas?.

Sabemos que no siempre es fácil encontrar respuestas, y que no siempre existe una única respuesta. Vivimos inmersos en un mundo que nos bombardea con respuestas a preguntas que no nos hacemos para vendernos una felicidad y una libertad que no parece llegar nunca. Por ello te pedimos que aproveches esta peregrinación a Javier como una oportunidad de encuentro: contigo a solas, con los demás e incluso con Dios mismo, quién sabe. Nada es lo que parece a simple vista, siquiera una pregunta tan sencilla como: ¿qué buscas?… o realmente deberías preguntarte: ¿a quién buscas?

Para profundizar.

Lectura de la Biblia.

«Fijándose en Jesús que pasaba, [Juan el Bautista] dijo: “He ahí el Cordero de Dios”. Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les dice: “¿Qué buscáis?”. Ellos le respondieron: “Rabbí – que quiere decir ‘Maestro’ –, ¿dónde vives?”. Les respondió: “Venid y lo veréis”. Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Era más o menos la hora décima» (Jn 1,36-39).

De la vida de San Francisco Javier.

París era una ciudad bulliciosa, alegre y divertida; pero ninguno de sus barrios era tan bullicioso como el Latino, donde se hacinaban los 50 colegios que componían la Universidad. La sociabilidad innata de Javier unida a su jovialidad será una constante hasta el fin de su vida. La extrema severidad de los reglamentos de los Colegios Mayores no era obstáculo para Javier que gustaba de escapar del colegio por la noche para respirar un poco de libertad por las timbas y tabernas, que tanto abundaban en el barrio Latino. Javier nunca dejó de buscar sentido a su vida, aunque le gustaba pasárselo bien, pero sin caer en excesos… todo cambió con la gran amistad que llegaría a tener con Ignacio de Loyola.

Oración

Oh, Dios, mi corazón joven te busca, fascinado y apasionado,

porque sólo en ti hay respuesta a lo largo del camino;

te busco, después de dejar atrás cosas vacías que encontré y que ahora,

son para mí nada, ante ti, que eres mi Tesoro escondido.

Tengo sed de ti, de tu pan y de tu palabra de vida; tengo sed de ti,

de la verdad de tu Evangelio; tengo sed de ti, de comunión con tu Iglesia;

tengo sed de ti, de la fuerza de tu Espíritu.

Te busco, y sé que estás vivo, presente entre nosotros, que en tu nombre,

Señor Jesús, nos hemos reunido. (Adaptación del Salmo 62)

Para cuestionarse.

  • ¿No he sentido en algún momento como vivo conectado con todos y con todo, a través de la tecnología, pero al mismo tiempo “desconecto” de mis pensamientos, ideas e inquietudes y de los demás?
  • ¿No deseas un encuentro más profundo contigo mismo, con tu familia, con tus amigos, incluso con Dios?
  • Piensa en tres personas que con las que te sientes bien en su compañía y que te inspiran para ser mejor.

¿No tienes a veces la sensación de que te falta algo?… estas insatisfecho y no sabes bien por qué. La sociedad parece que te impulsa a vivir con prisas, a relacionarte a través de pantallas, a creer que la libertad consiste en hacer lo que quieres, a estar cada vez más “conectado” pero en realidad te sientes más solo, y no sientes necesidad de hacerte preguntas sobre el sentido de las cosas pues los medios de comunicación, que crean las preguntas,  te dan las respuestas. Entra en www.javieradas.es y en la zona de material de Javieradas, donde se encuentra material para acompañar esta reflexión y ve el vídeo que hemos titulado: ¿Qué nos hace humanos, qué nos hace felices?, es un anuncio comercial que responde a estas preguntas. Luego dedica cinco minutos a pensar si realmente eso es así.

Para leer.

Lectura de la Biblia.

«Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al llama, se le abrirá.» (Mateo, 7,7-8).

De la vida de San Francisco Javier.

“Ignacio aprovecha su amistad para recordarle (a Francisco Javier) la vanidad de las grandezas y de las ventajas de este mundo, así como su inutilidad para la vida eterna. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? Javier, tocado por la gracia de Dios, sigue a su vez los Ejercicios Espirituales, durante los cuales pide «el conocimiento íntimo del Señor, que por mí se ha hecho hombre, para que más le ame y le siga» (Ej. Espir. 104). En adelante, sólo sentirá una pasión: amar y hacer amar a Jesucristo.

Oración

Mi corazón joven busca sentido para mi vida;

mi corazón joven te busca a Ti, Dios mío,

y tiene sed y tiene hambre y tiene ganas de ti, 

como la cierva que busca el agua;

o el niño hambriento, el pan.

¡Cómo lo siento, Señor!:

mi corazón tiene sed de ti;

mi corazón busca en ti a Alguien

que llene su existencia.

Te busca con pasión y con fuerza,

Oh Dios vivo, Dios de la vida,

y me pregunto a cada paso.

¿Cuándo veré tu rostro, tu faz, Oh Dios?

En mi camino muchas veces no te he buscado

y me he perdido.

Mi egoísmo y mi orgullo cegaron las búsquedas.

¿Dónde está Dios?

(Adaptación del Salmo 42)    

         Para cuestionarse.

  • ¿Crees que la libertad es la capacidad que tenemos los humanos para hacer lo que nos dé la gana y ésta no tiene nada que ver con el compromiso?
  • ¿Has sentido alguna vez, dentro de ti, que la vida es más?
  • Piensa en algún amigo o amiga importante… ese vínculo que os compromete, ¿no te hace sentir libre? ¿No te sientes mejor persona?
  • Con Dios no es diferente… piensa en ello.

Pierde un momento buscando en YouTube la experiencia de algún misionero. Fíjate en su expresión, en lo que dice, en cómo lo dice… pues es Jesús y su mensaje, y su pertenencia a la Iglesia, quienes le hacen ser así.

El discernimiento sobre la propia vida, y el sentido que queremos darle, no se realiza en un acto puntual, aun cuando en tu historia personal es posible que identifiques momentos o encuentros decisivos. Como todas las cosas importantes de la vida, también el discernimiento es un proceso largo, que se desarrolla en el tiempo.

Acoger el sentido de tu vida implica la disponibilidad de arriesgar la propia vida. Sólo si renuncias a ocupar el centro de tu vida abrirás ese espacio donde acoger el proyecto de Dios a la vida familiar, al ministerio ordenado o a la vida consagrada, así como para llevar a cabo con rigor tu profesión y buscar sinceramente el bien común.

A veces, las respuestas llegan no como fruto de nuestro voluntarismo, o como resultado de un proceso de discernimiento, si no como consecuencia de una experiencia. Te proponemos la posibilidad de hacer una experiencia de voluntariado, esta vivencia está muy valorada y resulta tremendamente positiva entre los jóvenes que la han vivido. ¿Por qué no?. Piénsalo y si te surgen dudas contacta con nosotros llamándonos al 948227400, también puedes visitarnos en: vmsnavarra.blogspot.com, allí encontraras información más detallado sobre las experiencias de voluntariado que te proponemos.

Lo único que parece seguro es que si has llegado hasta aquí en la lectura de esta reflexión puede que sea porque deseas en el fondo de tu ser responder a la pregunta: ¿qué buscas? Dicho de otra manera: ¿a quién buscas?

Para leer.

Lectura de la Biblia.

«No me habéis elegido vosotros a mí; sino que yo os he elegido yo a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros» (Jn 15,16-17).

De la vida de San Francisco Javier.

“De hecho, a él (San Francisco Javier) siempre se le veía feliz sin importar qué tan grandes fueran sus sufrimientos y sus cargas”.  (Bert Ghezzi)

Para orar.

La vida es una oportunidad, aprovéchala.

La vida es belleza, admírala.

La vida es una bendición, disfrútala.

La vida es un sueño, hazlo realidad.

La vida es un reto, afróntalo.

La vida es un juego, juégalo.

La vida es algo preciado, cuídala.

La vida es algo valioso, consérvala.

La vida es un misterio, descúbrelo.

La vida es una promesa, cúmplela.

La vida es dolor, supéralo.

La vida es un himno, cántalo.

La vida es un combate, acéptalo.

La vida es una aventura, desafíala.

La vida es una tragedia, enfréntate.

La vida es suerte, merécela.

La vida es vida, defiéndela.

(Santa Teresa de Calcuta)

          Para cuestionarse.

  • Relee de vez en cuando los versos de Santa Teresa de Calcuta y piensa en la verdad que esconden. Deja que surjan las dudas y las preguntas…
  • Si fuera Jesús quién te preguntase a ti: ¿Qué buscas? Qué responderías.
  • No hay discernimiento sin silencio. No hay descernimiento vocacional sin oración. ¿Te atreverías a guardar cinco minutos de silencio diarios?

No todo es fruto de la reflexión y la oración, a veces hace falta “meter las manos en la masa”. Vivir ciertas experiencias pueden allanar el camino, ¿te atreverías a vivir este verano una experiencia de voluntariado? Si te animas en la Delegación de Misiones estaremos encantados de que la hagas. Pregúntanos sobre el Voluntariado Misionero Solidario.