Como buenos cristianos y ciudadanos de nuestro tiempo, también debemos cuidar el medio ambiente en nuestras Javieradas. Como seguramente sepáis, en la encíclica “Laudato si” el Papa Francisco nos escribió sobre este tema. Vamos a hacer un resumen de las ideas que el Papa nos transmite sobre la ecología y el cuidado de nuestra tierra, pero antes os dejamos una infografía con ideas de cosas que podemos hacer en el camino a Javier para cuidar el medio ambiente.

 

 

 

 

El subtítulo de la encíclica, «el cuidado de la casa común», resalta la idea de que el cristiano no está solo en el cuidado del regalo de la creación, sino que es ésta una tarea que compartimos con todos los hombres: «no hay ecología sin una adecuada antropología» (LS 118).

“La naturaleza está llena de palabras de amor, pero ¿cómo podremos escucharlas en medio del ruido constante, de la distracción permanente y ansiosa, o del culto a la apariencia? Una ecología integral implica dedicar algo de tiempo para recuperar la serena armonía con la creación, para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida y nuestros ideales, para contemplar al Creador, que vive entre nosotros y en lo que nos rodea, cuya presencia «no debe ser fabricada sino descubierta, develada”. (LS 255)

 

En diversos puntos el Papa Francisco muestra la incoherencia de un empeño por salvar la creación material, que descuida a los demás seres humanos, y no es capaz de reconocer el valor de un pobre, de un embrión humano o de un discapacitado. Ser protectores de la obra de Dios incluye, en primer lugar, la protección de nuestros hermanos más frágiles.

San Francisco de Asís “manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Amaba y era amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón universal. (…) En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior”. (LS 10)

 

La familia tiene una importancia central en la educación y transmisión de este nuevo estilo de vida (LS 213). En ella se aprende el valor de los pequeños gestos cotidianos. El Papa ejemplifica algunos de ellos «como evitar el uso de material plástico y de papel, reducir el consumo de agua, separar los residuos, cocinar sólo lo que razonablemente se podrá comer, tratar con cuidado a los demás seres vivos, utilizar transporte público o compartir un mismo vehículo entre varias personas, plantar árboles, apagar las luces innecesarias» (LS 211). Se trata de gestos “ecológicos” al alcance de la mano de todos, que alimentan «una pasión por el cuidado del mundo» (LS 216) y hacen la vida más llevadera.

Los jóvenes tienen una nueva sensibilidad ecológica y un espíritu generoso, y algunos de ellos luchan admirablemente por la defensa del ambiente, pero han crecido en un contexto de altísimo consumo y bienestar que vuelve difícil el desarrollo de otros hábitos. Por eso estamos ante un desafío educativo.” (LS 209)

 

Si quieres leerla entera, aquí tienes el enlace: Laudato Si